En cualquier hogar, diariamente, se generan una gran cantidad de
residuos. Envases, cartón y vidrio son materiales para los cuales
existen contenedores de recogida selectiva en la mayoría de municipios
españoles, por lo cual, podemos separarlos en casa y reciclarlos.
Sin embargo
, para la materia orgánica, que ocupa el 40% de nuestra basura doméstica, no existen contenedores específicos (salvo
en algunas ciudades), sino que se deposita en el contenedor de “Resto”
donde va todo aquello que no se recoge de forma selectiva.
Las
personas que disponen en casa de un huerto o jardín (ya sea en un
pequeño terreno o en un patio o terraza), generan además de los restos
de cocina, restos de las plantas y cultivos, produciendo una gran
cantidad de residuos orgánicos.
Estos restos pueden ser aprovechados realizando un compostaje doméstico,
haciendo, de esta forma, más ecológicos y sostenibles sus hogares,
aprovechando mejor la materia y la energía, y además obteniendo un abono
de gran calidad para el jardín o el huerto.
¿En qué consiste el compostaje?
El compostaje consiste en una transformación de la materia orgánica en un abono natural al que llamamos compost.
Esto se produce por un proceso de biooxidación acelerada de la materia
orgánica, por la acción de microorganismos (bacterias y hongos) en
condiciones aerobias y produciéndose una elevación de la temperatura.
¿Cómo compostar?
Tradicionalmente, el compost se ha elaborado en “el montón” donde se depositaban los restos del campo.
Actualmente existen compostadores domésticos que nos van a ayudar a controlar mejor el proceso, haciéndolo a la vez más estético, que un simple montón.
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