Esto es lo que sucede en los ecosistemas naturales, creándose un ciclo cerrado y autosuficiente que se autoregula, no necesitando las plantas del ecosistema más aportes que los que el propio ecosistema produce naturalmente.
Más concretamente, el compostaje que vamos a tratar consiste en la descomposición aerobia, es decir, con presencia de oxígeno, por parte de microorganismos y/o organismos invertebrados, de manera controlada por nosotros, en un proceso más rápido y más masivo que el que tiene lugar en la naturaleza. (Ver artículo "Qué es el compostaje")
Esto queda claro, pero...¿y cómo puedo yo compostar, por ejemplo, en mi casa? Hoy en día esto no es un problema, pues existe en el mercado una amplísima gama de compostadores domésticos en los que podemos depositar todo resto orgánico que generemos a lo largo del día, y que nos van a ser de gran ayuda para mantener el control del proceso de compostaje.
A la hora de llevar a cabo el proceso, podemos hacerlo fundamentalmente de dos maneras:
- Compostaje tradicional: Podemos llevarlo a cabo cuando el espacio, o más bien, la falta del mismo no sea un problema, y deberemos tener en cuanta diversos factores, como son: la elección de una ubicación cálida para el compostador (para el correcto desarrollo de los microorganismos aeróbios), y la adición alterna de materiales secos (restos de podas, paja...), más ricos en carbono y con una acción principalmente estructurante, con materiales frescos, más ricos en nitrógeno. (Ver artículo "El compostaje doméstico").
- Vermicompostaje: Es una buena alternativa para los casos en los que no tenemos suficiente espacio para realizar el compostaje tradicional, o para cuando nuestra generación de residuos es reducida. En esta variante de compostaje será conveniente la utilización de vermicompostadores, que disponen de varias bandejas que se apilan unas encima de otras, permitiendo el paso de las lombrices desde las bandejas inferiores a las superiores a través de unos agujeros, digiriendo éstas sucesivamente los residuos orgánicos desde los pisos inferiores a los superiores. Así, en estos contenedores especiales, acabaremos teniendo un material de excepcionales características para nuestro huerto, procedente de la digestión y excreción de los materiales que habremos depositado por parte de las lombrices. (Ver artículo "El vermicompostaje doméstico").
Además, es conveniente la utilización de aireadores. Después de todo, el factor principal que permite el proceso del compostaje es el aire (ya hemos dicho que se trata de una descomposición aerobia).
A continuación enumeramos una lista de algunos materiales potencialmente compostables:
- Restos de fruta y verdura: moderando la adición de cítricos.
- Hierba fresca: de forma moderada (desprenden mucha humedad).
- Restos de poda: siendo más adecuados sus aportes cuando los trituramos para añadirlo al compostador.
- Tapones de corcho: troceados en 3 o 4 trozos.
- Hojas secas.
- Café.
- Bolsitas de infusiones.
- Cáscaras de huevo: machacadas.
- Huesos.
- Maderas tratadas
- Vidrio
- Restos del barrido (barrer en casa).
- Papel
- Cartones con impresiones a color
- Colillas
- Ropa
Esta breve guía debe encaminarte para realizar tu propio compost, pero si deseas profundizar en alguno de los aspectos tratados, a continuación te presentamos una lista de artículos de fondo escritos en nuestra revista que te ayudarán más concienzudamente a guiarte y a resolver cualquier duda que tengas en relación con la fabricación del compost.
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